Luces y sombras de Juan Pablo II

Luces y sombras de Juan Pablo II

Una Iglesia estática en un mar movido sería una buena definición del estado en el que se encuentra la Iglesia. Existen muchas contradicciones en este papado. Juan Pablo ha sido el primer Papa en pedir perdón por los errores cometidos por la Iglesia Católica. Ha sido un firme defensor de la paz, se mostró muy crítico contra la guerra de Irak, defendió la inculturalización del cristianismo, tuvo una enorme influencia en la caída del comunismo en Polonia y es un hombre de Estado, recordemos sus relaciones con Ronald Reagan.

En el terreno religioso anunció una reforma de la Iglesia en línea con el Vaticano II, desgraciadamente se olvido del Vaticano II a la hora de llevarla a cabo.

Pero Juan Pablo II tiene una visión “dolorista” del cristianismo, considera que debe dar testimonio de la Cruz y corre el riesgo – en mi modesta opinión – de ignorar que el fundamento del cristianismo no es la muerte sino la resurrección de Jesús.

Tampoco está de mas recordar los consejos de S. Bernardo al Papa Eugenio III cuando le pedía testimonio de despego a los cargos de responsabilidad, al sentido evangélico de “somos siervos inútiles” con la disponibilidad total a abandonar el cargo.

No deseo pensar que detrás de todo sólo hay un juego de poder alrededor de su renuncia.