viernes, febrero 25, 2005

La Iglesia sin Juan Pablo II

Asistimos, con pena y dolor, a un nuevo empeoramiento de la salud del Papa. Su edad, 84 años, y sus carencias físicas plantean desde mi punto de vista un serio impedimento a su capacidad de dirigir a la Iglesia.

Así no podemos continuar por más tiempo. Necesitamos a alguien que esté en sintonía con el mundo moderno, alguien que se encuentre física y mentalmente en perfectas condiciones. La Iglesia necesita una revolución empezando por el Papa y plantearse el mundo en el que vive con los pies en la tierra, aunque mirando al cielo.

En este nuevo tramo de su enfermedad quedan suspendidas las decisiones que él y solo él puede tomar y su renuncia no puede ser aceptada por nadie, pero el entorno de sus allegados deberían hacerle ver que lo mejor para todos, incluido él mismo es su renuncia.

¡Qué Dios les ilumine!

0 comentarios: