
Cuando yo era pequeño casi todo lo que necesitábamos saber se encontraba en los libros. Poco a poco o quizás muy deprisa nos hemos ido encontrando con otra forma de vida que nos obliga a tener opiniones sobre innumerables cosas nuevas y muy diversas: del fútbol al automovilismo, de la energía nuclear a los alimentos trangénicos, del futuro que nos espera al pasado que vivimos, de la sexualidad a los nuevos modelos de familia, de la educación de nuestros hijos a la educación de los hijos de los demás, de los asuntos políticos a los económicos, pasando por los religiosos, del aborto a la eutanasia, del sentido de la vida al sentido de la muerte, y podíamos seguir
Demasiadas cosas nuevas, necesitamos una cultura nueva. Una cultura nueva que nos ayude a encontrar respuestas, a interiorizarlas y hacerlas nuestras. Nos encontramos con la obligación de reinventarlo casi todo. ¿Podremos?
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