jueves, mayo 26, 2005

Te pasé factura

Quise que me notaras el cansancio. Que cayeras en la cuenta al verme de lo que me había costado hacerte el favor que me habías pedido y llevarte por fin el encargo a tiempo. Y se me notó. Estaba cansado, despeinado y sudoroso y con el rostro rojo. Dije:” ¡Uf!, aquí lo tienes.” Mientras me limpiaba el sudor.

Y me dijiste:”No vuelvo a pedirte un favor. Podías haber aceptado o rechazado mi petición, pero una vez que la aceptas es tu responsabilidad seguir adelante. Y no me pases a mi la factura de tus labores.”

Entonces entendí que si me hubiera presentado yo con una sonrisa en medio del cansancio y te hubiese dado con alegría el encargo cumplido, sin quejas ni gestos, ni suspiros, tu hubieras apreciado mi ayuda y yo hubiera quedado satisfecho de mi acción. Pero quise resaltar mi merito, anotar mi esfuerzo, cobrar mi cansancio. Y sin embargo lo estropeé todo. Me robé a mi mismo la satisfacción de haberte hecho un favor. Ahora sólo estoy satisfecho de la lección que me has enseñado. Sólo deseo que me vuelvas a pedir un favor en cuanto lo necesites. Verás como me porto mejor.

1 comentarios:

Redactor-es dijo...

hola!
precisamente hoy mantenía yo una conversación sobre eso... me quejaba de que en ocasiones el esfuerzo y el trabajo pasara desapercibido ante aquellas personas que más deberían valorarlo... tus palabras me han hecho pensar... quizá sea hora de no escatimar en sonrisas, de seguir haciendo las cosas un poco más desinteresadamente... o quizá soy demasiado tonta, seguramente de todo un poco :)